Muchos tipos de plásticos desprenden toxinas en los alimentos o
líquidos que los contienen. Es preferible utilizar envases de cristal con la
tapa de plástico (tipo tupperware) para almacenar alimentos, ya que el plástico
contiene bisfenol A (BPA), PCBs, PBDE, ftalatos, colorantes y otras peligrosas
toxinas. El PBDE puede producir infertilidad, y el BPAs hace estrago en el
sistema endocrino al tener el mismo comportamiento que los estrógenos.
Evitar
las bandejas y vasos de estirofoam (similar al corcho blanco), sobre todo con
líquido caliente (máquinas de café), porque además de bisfenol A, desprenden
poliestireno, un tóxico muy dañino para el organismo.
Tampoco se recomienda
utilizar film transparente o papel de aluminio para conservar los alimentos. La
acumulación de aluminio en el cerebro es una de las causas principales de
Alzheimer. Sustituir por las bolsitas de cierre hermético tipo Zip, elaboradas
con HDPE, un tipo plástico que no desprende toxinas.
Los únicos plásticos
seguros para almacenar alimentos, agua y otros líquidos son:
PEAD:
Polietileno de Alta Densidad (en inglés conocido como HDPE o PE-HD) identificado
por el número 2.
PEBD: Polietileno de Baja Densidad (en inglés conocido como
LDPE o PE-LD) identificado por el número 4.
Polipropileno (PP) identificado
por el número 5.
En la base del envase suele aparecer un número indicando el
tipo de plástico dentro de un triángulo, por ejemplo, un 2 para el HDPE .
Los
peligros del BISFENOL A (BPA)
El bisfenol A forma parte del policarbonato,
plástico duro de color blanco o transparente empleado en la fabricación de
envases para alimentos y bebidas (envases plásticos de zumos, leche y agua), el
recubrimiento interior de contenedores de alimentos (contenedores para
microondas, tuppers, latas de conservas con el interior plástico…), vajilla,
utensilios de cocina e incluso biberones para los bebés.
La Unión Europea ha
autorizado al bisfenol A (BPA) como una sustancia que puede estar en contacto
con alimentos.
El BPA provoca disrupción hormonal o endocrina, dado que por
su composición química imita el comportamiento de las hormonas humanas. En el
caso del BPA, este compuesto se comporta como el estrógeno. Una exposición a
este compuesto puede provocar un problema de división celular denominado
aneuploides en el que los cromosomas no se dividen homogeneamente durante la
división celular, lo que resulta en células que contienen más o menos cromosomas
de lo normal. Esta distribución desigual de material genético puede provocan
cáncer, abortos y defectos de nacimiento, incluido el síndrome de
Down.
Estudios realizados muestras que bajos niveles de bisfenol A, bien por
debajo del límite establecido por la legislación vigente, afectan el desarrollo
de la próstata, inducen tumores en la próstata, afectan al desarrollo del tejido
mamario y al recuento de esperma e incluoso crean y aumentan el tejido
adiposo.
El problema que suponía el agua contaminada con BPA salío a la luz
por primera vez en 1998 durante una investigación en la Universidad Case Western
Reserve. Durate un estudio sobre la aneuploides en ratones de laboratorio, los
científicos detectaron un inexplicable incremento de 8 veces en dicha patología.
Finalmente descubrieron que un trabajador del laboratorio había lavado sus
botellas de agua con un detergente particularmente agresivo, que había liberado
grandes cantidades de bisfenol A en el agua. Los investigadores encontraron que
los niveles de bisfenol A a los que se expusieron los ratones eran similares a
los niveles que experimentamos en condiciones normales, y que los cromosomos de
las células afectadas por el BPA parecían haber sido disparadas con una pistola.
Para verificar estas inesperadas conclusiones los científicos duplicaron el
accidente ocurrido con el detergente y obtuvieron los mismos resultados. Para
verificar que era realmente el BPA el culpable del daño genético, dieron a los
ratones una ración diaria de puro BPA y encontraron que los resultados de esta
exposición intencional eran similares.
Nuestros océanos se están volviendo de
plástico
Una sopa plástica, dos veces del tamaño del estado de Tejas, está
desplazándose por el océano Pacífico. Los científicos han denominado a esta masa
de bolsas de plástico, jarras, botellas, redes y otra basura plástica ‘la masa
flotante de desechos del este‘, y su volumen crece cada día a pasos
agigantados.
Esta polución de plásticos ha entrado ya en la cadena
alimenticia, siendo las primeras víctimas las aves marinas y otros animales
marinos que ingieren objetos como tapas de botellas y encendedores, o se
estrangulan con las bolsas de plástico. El plástico provoca que más de 1 millón
de aves marinas, 100.000 mamíferos marinos y un número mayor de peces mueran
cada año en el océano Pacífico. Por muy preocupantes que puedan ser estas
estadísticas, mucho más alarmante son los resultados de un estudio realizado en
el agua de mar. En el agua analizada los investigadores hallaron minúsculas
piezas de plástico, y teniendo en cuenta el peso, contenía 6 veces más plástico
que plancton.
Por supuesto, no sólo los animales marinos están expuestos a la
contaminación derivada de los plásticos. La gente ingiere plásticos cada día, y
está expuesta constantemente a una mezcla explosiva de sustancias químicas
procedentes de la industria del plástico.
¿Cuáles son las consecuencias de
todo el plástico que la humanidad está respirando, comiendo, bebiendo y
absorbiendo? Obesidad, disminución de las tasas de fertilidad, cáncer entre
otros muchos problemas. Si todavía estás buscando una razón para adoptar un
estilo de vida más saludable y natural, ésta es una buena razón para evitar los
tóxicos de los plásticos en tu vida tanto como te sea posible:
- Almacena la
comida en envases de vidrio o de un plástico seguro como el HDPE.
- Evita la
comida procesada (que se almacena en bolsas y envases que contienen sustancias
químicas nocivas)
- No uses bolsas de plástico.
- No bebas agua
embotellada.